Richie Porte, sus piernas se enfrentan a su historial

Es la gran amenaza para evitar el póker de Chris Froome y el trío de victorias consecutivas en el Tour del británico. Qué paradoja, porque durante años fue su lugarteniente más preciado para darle esa racha de títulos con la que ahora pretende acabar. También fue escudero de Alberto Contador, aunque con él no pudo celebrar la victoria en París. Richie Porte es el gregario de lujo que hoy ambiciona con alzarse victorioso en la Grande Boucle. Está en sus piernas.

 
La temporada del corredor australiano es soberbia, con pequeños resbalones que no hacen ni la más mínima mella mostrada en sus fuerzas. Se presenta con un gran año, como líder indiscutible de un equipo, el BMC, y la moral completamente convencida de lograrlo. Si no fuera porque su casillero de grandes vueltas está vacío, pocos podrían cuestionar que fuera el máximo favorito a ganar el Tour. El hecho de que ya esté en la terna de los máximos aspirantes es significativo. Richie Porte será uno de los dorsales a seguir en el mes de julio.
Ganador del Tour Down Under (incluidas las dos etapas de montaña) y del Tour de Romandía, más victorias de etapa en la París-Niza y en el Dauphiné, en el que fue segundo, la temporada de Richie Porte se describe por sí sola. Más allá de todo ello, que no es poco, la sensación transmitida es la de un enorme control sobre la carretera, de ser superior a todos los rivales directos con los que se ha cruzado esta temporada en casi todos los duelos. Su gran pinchazo vino en la París-Niza, donde mediante un abanico perdió una minutada que mermó sus opciones de cara a la general. Allí corredores como Alberto Contador le superaron, aunque lo cierto es que salvo aquel desliz, en el mano a mano volvió a estar en la pomada.
Frente a estas piernas que van, y mucho, el gran contrapeso que tira por el lado opuesto de la balanza es su trayectoria en las grandes vueltas. Al contrario que sus rivales más próximos a ganar el Tour de Francia, el corredor del BMC jamás ha ganado una vuelta de tres semanas. Su rol de gregario ha limado sus aspiraciones, es cierto, pero ni siquiera ha sido de la partida en aquellas que le permitieran algo más de libertad. Sólo corrió el Giro de 2015, donde fue jefe de filas del Sky, y en el que tuvo que abandonar. Sus mejores puestos son el 5º del año pasado en el Tour y el 7º de su debut en una gran vuelta, la del Giro ‘10. La duda, por tanto, acecha: ¿será capaz de aguantar tres semanas con la presión de tener que competir todos y cada uno de los días? Su nivel del año pasado abre opción a la respuesta afirmativa, porque una caída fue lo que evitó que estuviera en el pódium de París.
La otra gran respuesta que habrá de dar es su capacidad para sostener un gran estado de forma si se tiene en cuenta que compite desde el mes de enero, con el Tour Down Under de su país natal. La ecuación vuelve a la misma incógnita, una equis que se despejará (salvo abandono inesperado) en el próximo mes de julio. Como gregario ha cumplido perfectamente sus tareas pese a lo longevo de su calendario, pero las exigencias del líder de un equipo que desea vestirse de amarillo en los Campos Elíseos es otra cosa. Porte tiene unas condiciones sobradas, pero han de ser contrastadas.
Simbólico y significativo es, cuanto menos, que varios corredores del Sky le hayan situado como el gran rival de Froome en el próximo Tour de Francia. Ni Nairo Quintana ni Alberto Contador, sino Richie Porte. Le conocen bien, pero su temporada delata a cualquiera. A buen seguro que desde la escuadra británica desean meter presión, conocedores también de que el año de Froome no ha sido el mejor. Por lo competido esta temporada, el australiano ha superado  al que fuera su jefe en aquellas carreras donde han coincidido. Pero Porte, además del cara a cara, tendrá a su lado un equipo capacitado para arroparle en su conquista del Tour. El BMC es un buen equipo, que abarca diversos y diferentes objetivos a lo largo de la temporada, y que apostó por Richie dando carpetazo al liderazgo de Tejay Van Garderen, que se quedó en un 5º puesto como tope. Con el australiano la escuadra estadounidense juega una clara baza por la mayor de las grandes vueltas. Con un equipo volcado a su labor, el objetivo no es tan quimérico.
Nacido en la isla de Tasmania, Richie Porte tiene el Tour en sus piernas y una ocasión magnífica para compensar la ausencia de grandes resultados en las grandes vueltas por etapas. Piernas y presente, contra una historia que rara vez se equivoca. Porte dará carpetazo al dilema en este Tour o… lo agrandará para comenzar siendo un lastre sobre el maillot.
Trayectoria en el Tour de Francia
2011: 72º en la clasificación general.
2012: 34º en la clasificación general.
2013: 19º en la clasificación general.
2014: 23º en la clasificación general.
2015: 48º en la clasificación general.
2016: 5º en la clasificación general.