Pichardo, el hijo de la bailarina que persigue el récord de Edwards

En Cuba lo conocen como "PPPP" por las iniciales de su nombre, Pedro Pablo Pichardo Peralta: el as del triple salto, que con tan sólo 22 años ya es uno de los mejores -hoy logró su segundo subcampeonato mundial consecutivo- tiene claro que algún día batirá el "inalcanzable" récord de Jonathan Edwards.Antonio Broto
El joven santiaguero sólo tenía dos años cuando en 1995 el británico batió el récord mundial en nada menos que 32 centímetros, pero sus genes ya decían que podría hacer cosas grandes saltando (su padre, Jorge, es profesor de educación física, y su madre, Iris, bailarina clásica).
De pequeño, Pichardo ya corría y saltaba en un campo de béisbol próximo a su casa, y aunque en su infancia abrigó el sueño de ser boxeador y ya a los 10 años daba guantazos en el ring, poco después, a los 15, decidió especializarse en el triple salto, una elección que vistos los resultados posteriores fue acertada.
Sus primeros triunfos internacionales llegaron en 2012, cuando ganó el oro en los campeonatos júnior de América Central y el Caribe y, apenas 10 días después, se proclamaba campeón del Mundial Junior de Barcelona.
Pichardo estaba ya listo para triunfar en la categoría sénior, a la que se incorporó al año siguiente con fuerza, ganando la reunión de Lausana de la Liga de Diamante.
Poco después, sorprendía al mundo consiguiendo la plata en los Mundiales de Moscú 2013, siendo el medallista más joven de aquel campeonato. Su cuenta de éxitos internacionales proseguiría en los Mundiales de pista de cubierta de Sopot 2014, donde ya lograba el oro.
Ese año, este santiaguero de carácter fuerte y con mucho orgullo en las venas protagonizó un enfrentamiento con la federación cubana, al negarse a entrenar con el técnico que le habían asignado, lo que le costó seis meses de suspensión entre mayo y noviembre.
Tras aquel parón Pichardo volvió a los fosos, y de qué forma: el 8 de mayo de 2015 batió el récord nacional del cubano Yoelbi Quesada, con una marca de 17,94 metros, nueve centímetros por encima del que es uno de sus grandes ídolos y modelos a seguir.
Lo mejor de aquel glorioso mayo estaba por venir: en la reunión de Doha de la liga de diamante, el día 15, saltó 18,06 y se convirtió en uno de los cinco hombres de la historia del atletismo en saltar por encima de los 18 metros.
En esa misma reunión su gran rival en la actualidad, el estadounidense Christian Taylor, saltó 18,04. Es la única vez en la que dos triplistas superan los 18 metros en una misma competición, por lo que los entendidos ya la apodan "la mejor de la historia".
Pero PPPP no se conformaba con eso y 13 días después, el 28 de mayo, en el Estadio Panamericano de la Habana, lograba una marca de 18,08, entonces la tercera mejor de todos los tiempos -hoy pasó a ser cuarta- en el Memorial Barrientos.
Con estos precedentes, era casi inevitable su oro en los Panamericanos de Toronto, hace un mes, y su llegada a Pekín como favorito, donde sin embargo no pudo esta vez con un Taylor en estado de gracia que logró la segunda mejor marca de la historia (18,21 metros).